lunes, 29 de julio de 2013

Si Se Confirma La Tuberculosis?

 ¿Qué se debe hacer si se confirma la tuberculosis?

Además de iniciar el tratamiento en la persona en la que se confirmo el diagnóstico de tuberculosis, es muy importante realizar acciones dirigidas a controlar la transmisión de la enfermedad.
Para eso se debe:

Evaluar los contactos
• Solicitar al paciente enfermo de tuberculosis la información sobre los contactos (personas que
conviven con él o que tienen contacto estrecho con él, por más de 4 horas diarias).
• Registrar los datos de identificación de los contactos: apellido, nombres, edad y direcciones.
• Citar a los contactos para que concurran al centro de salud, antes del mes de diagnosticado
el caso.
• Investigar signos sospechosos de tuberculosis en cada uno de los contactos: tos crónica, expectoración, pérdida de peso, sudoración nocturna.
• Descartar el diagnóstico de tuberculosis en todos los contactos en los que se hayan encontrado signos sospechosos, mediante la Radiología y la baciloscopia de esputo.
• Tratar todos los casos de tuberculosis identificados, de acuerdo a la categoría en la que se
definió el caso.

Controlar la vacunación con BCG 

• Solicite el Carnét de Vacunación de todos los niños.
• Verifique si los niños están vacunados con BCG antes de los 7 días de vida.
• Vacune con BCG a todos los niños menores de seis años de edad que no estén vacunados o
sin documentación de vacunación y sin cicatriz.




Quimioprofilaxis

En los contactos lactantes no deberá suspenderse la lactancia materna.
Si por la evaluación de los contactos se descarta que se trata de un caso de tuberculosis, se  realizará quimioprofilaxis en las siguientes situaciones:

• Todos los menores de 15 años contactos de enfermos bacilíferos.
• En niños menores de 5 años contactos de pacientes no baciliferos que:
Tengan PPD positiva tengan o no vacuna BCG.

Tengan nódulo precoz de BCG (antes de los 14 días).

 Mayores
Individuos tuberculínicos positivos en situaciones clínicas especiales según indicación
médica:
• Tratamiento prolongado con corticoides
• Inmunosupresion
• Diabéticos tipo 1

Todo paciente que reciba quimioprofilaxis debe ser evaluado mensualmente para
controlar:
• La adherencia a la quimioprofilaxis,
• La aparición de manifestaciones adversas.

Bibliográfia
http://www.msal.gov.ar/images/stories/epidemiologia/pdf/guia_tuberculosis.pdf
http://bvs.insp.mx/articulos/8/UNAM%20TB130509-2.pdf
http://www.youtube.com/watch?v=oFnkpODIYVw

Tratamiento De Promoción Y Prevención De La TBC

Promoción Y Prevención 

La mejor manera de prevenir la tuberculosis es detectar precozmente los pacientes enfermos, iniciar rápidamente el tratamiento y verificar que se cumpla, y controlar los contactos, 
para descartar la presencia de tuberculosis en ellos.

• Iniciar el tratamiento de los pacientes con tuberculosis tan pronto se confirme la enfermedad 
y coordinar con el paciente para que el tratamiento sea supervisado.
• Evaluar los contactos del paciente.
• Realizar quimioprofilaxis si corresponde, una vez descartada la tuberculosis en los contactos.
• Controlar el tratamiento de los pacientes con tuberculosis.

Otras medidas que contribuyen a la prevención son:
• Vigilancia de sintomáticos respiratorios
Los equipos de Salud deben estar atentos a la los pacientes que consultan por tos o que consultan por otra patología pero tienen tos y debe examinarse el esputo de toda persona que tosa 
por mas de 15 días, o con síntomas importantes y expectoración cualquiera sea su duración.
• Vacunación de niños antes de los 7 días de vida para prevenir las formas graves de 
tuberculosis


Controlar el esquema de vacunación de los niños en su primer control luego del nacimiento 

verificando la presencia de vacunación BCG, y en caso negativo aplicarla.






Garantizar la cobertura de la vacuna BCG

Coordinar con todas las maternidades del área para asegurar que todos los recién nacidos 
reciban la vacuna BCG antes del alta.

En el primer control de salud del recién nacido verificar que se haya colocado la BCG, y en 
caso negativo colocarla a menos que tenga alguna contraindicación.

Realizar búsqueda de Casos
Desde el punto de vista epidemiológico los casos que representan el mayor riesgo para la transmisión de la tuberculosis son los pacientes baciliferos, porque son los que transmiten la infección a la población sana.

Realizar examen baciloscopico de esputo a toda persona que tenga tos y expectoración 

Tratamiento Farmacológico TBC

 ¿Cómo se tratan los pacientes con tuberculosis?

En relación a los medicamentos, se cuenta con medicamentos de primera línea y de segunda 
línea:
• Los medicamentos de primera línea, principales, o esenciales son: Isoniacida (H), Rifampicina (R), Pirazinamida (Z), Estreptomicina (S) y Etambutol (E). Estos fármacos son efectivos en 
la mayoría de los casos y logran la curación de los pacientes en un periodo de seis meses o mas 
de acuerdo a la categoría de la enfermedad. 
• Los medicamentos de segunda línea o subsidiarios que se utilizan en caso de reacciones 
adversas y resistencia a fármacos tradicionales. Los tratamientos con estos fármacos deben ser 

indicados por un especialista. Estos medicamentos se mencionan en el anexo. 



Fármacos en dosis fijas
Existen diferentes presentaciones farmacológicas que asocian fármacos en dosis fijas:
• con 2 fármacos (Isoniacida 150 mg + Rifampicina 300 mg) y 
• con 3 fármacos (Isoniacida 75mg + Rifampicina 150mg + Pirazinamida 400mg ).
Estas asociaciones son muy útiles ya que facilitan la toma de la medicación.
En relación al régimen terapéutico, este consta de dos partes:

Primer parte: fase inicial, intensiva o esterilizante: en esta fase los medicamentos se administran en forma diaria. 
Segunda parte: fase de consolidación: en esta segunda fase los medicamentos se podrán 
administrar tanto en forma diaria como trisemanal.

La administración trisemanal de los medicamentos durante la segunda fase del tratamiento 
(fase de consolidación), es posible dado el lento crecimiento del bacilo tuberculoso (entre 14-
24 hs.), y porque con la asociación de drogas antituberculosas la inhibición del crecimiento del 
bacilo dura varios días. Esta modalidad de tratamiento mejora la adherencia del paciente.

En relación a la modalidad de tratamiento, el mismo puede ser directamente observado o autoadministrado:

Tratamiento directamente observado o supervisado: en este caso el paciente toma los 
medicamentos bajo la observación de otra persona que lo supervisa, ya sea en el centro de 
salud al que concurre en forma diaria para ingerir las drogas frente al personal sanitario, o en 
su domicilio o su trabajo, si alguna persona concurre a ver al paciente y controla la toma de los 
medicamentos
Esta estrategia de tratamiento llamada TAES (tratamiento estrictamente supervisado) o TDO 
(tratamiento directamente observado), es el esquema promovido por la OPS/OMS desde 1995, 
ya que se mejora la adherencia al tratamiento y baja el riesgo de aparición de multiresistencia 
debida a la toma irregular de los medicamentos y el abandono.

Tratamiento autoadministrado: en este caso el paciente toma los medicamentos sin supervisión, y es el único responsable de su correcta ingestión. Este régimen terapéutico genera una 
falta de cumplimiento elevada con el consecuente aumento de la resistencia.

Entonces para tratar un paciente con tuberculosis se debe:

1. Definir la Categoría a la que pertenece el caso de tuberculosis antes de decidir el tratamiento


2. Una vez definida la categoría, se iniciará el tratamiento






















Bibliografia
-http://www.msal.gov.ar/images/stories/epidemiologia/pdf/guia_tuberculosis.pdf
-Harrison Principios de Medicina Interna 17a edición
Anthony S. Fauci, Eugene Braunwald, Dennis L. Kasper, Stephen L. Hauser, Dan L. Longo, J. Larry Jameson, and Joseph Loscalzo, Eds.

Estudios Paraclínicos Para El Diagnostico de TBC

¿Cómo confirmar la sospecha diagnóstica de tuberculosis?

Las técnicas disponibles para el diagnostico de tuberculosis son:
• La bacteriología
• La radiología
• La reacción de PPD
• Otras técnicas de laboratorio


Bacteriología


El examen baciloscopico directo de la expectoración (esputo), es la técnica de confirmación 
más práctica, sencilla y rápida, y puede confirmar entre el 65% y el 80% de los casos de tuberculosis.
El cultivo es una técnica de mayor sensibilidad, pero requiere más tiempo, es más compleja y 
es más costosa. Por estas razones, es conveniente solicitar cultivo sólo en las siguientes situaciones:
• Cuando la baciloscopía es reiteradamente negativa, continúan los síntomas y hay imá-
genes radiológicas sospechosas de tuberculosis.
• Cuando hay sospecha de tuberculosis extrapulmonar, ya que en general son lesiones con 
pocos bacilos.
• En niños con sospecha clínica y epidemiológica de tuberculosis, e imágenes radiológicas 
compatibles.
• En inmunodeprimidos, especialmente personas infectadas con el Virus de Inmunodeficiencia Humana (VIH), ya que suelen hacer tuberculosis atípicas, con escaso número de 
bacilos.
• En personas con antecedentes de tratamiento antituberculoso, para hacer pruebas de 
sensibilidad a las drogas antituberculosas.


Radiología 


Es un elemento complementario para el diagnóstico de tuberculosis, porque es poco especí-
fica, ya que las imágenes radiológicas que produce la tuberculosis pueden ser producidas por 
otras patologías respiratorias y enfermedades sistémicas.
Radiológicamente la tuberculosis puede producir: infiltrados, nódulos, cavidades, fibrosis y retracciones.
Es necesario solicitar radiografía de tórax siempre que:
• La baciloscopía sea reiteradamente negativa y no haya otro diagnóstico probable.
• El paciente se trate por otro diagnóstico y haya mala evolución del tratamiento.
• En niños con sospecha clínica o epidemiológica de tuberculosis.
Mediante la radiografía es imposible discriminar con certeza las lesiones activas de las inactivas, 
por lo que esto debe evaluarse mediante la bacteriología.

Reacción de PPD
La reacción a la tuberculina es de poca ayuda diagnóstica, ya que diagnostica infección y no 
enfermedad.
Entre el 10 al 20% de las formas de tuberculosis pueden aparecer como anérgicas (no reactivas) 
a la tuberculina, ya sea por mala técnica o por enfermedades que producen inmunodepresión, 
como infección por VIH, insuficiencia renal, malnutrición, etc.

Para qué sirve entonces la reacción de PPD?:
• Como índice epidemiológico de infección tuberculosa.
• Como ayuda en el diagnóstico de la enfermedad, sobre todo en niños.
• Para detectar infecciones recientes, por el viraje tuberculínico.
• Para evidenciar la infección tuberculosa en personas con alto riesgo de pasar de infección a 
enfermedad como pacientes VIH positivos.

Otras técnicas de laboratorio
Existen un conjunto de pruebas no convencionales para la detección de tuberculosis, pero 
sin que exista una prueba que cumpla con las condiciones ideales de bajo costo, simplicidad, 
sensibilidad y especificidad.
Estas pruebas incluyen el cultivo en Mycobacteria Grown Indicator Tube que puede ser
leído visualmente o con el equipo MGIT 960, BACTEC 9000, Mycobacteria Detection (MB-Bact), 
PCR, cromatografía gaseosa-espectrometría de masas, cromatografía en capa delgada, cromatografía líquida de alta resolución, cromatografía gaseosa, QuantiFERON -tuberculosis, ELISPOT, 
dosaje de Adenosina Deaminasa (ADA), dosaje de anticuerpos por técnica de Elisa.

Bibliografia
microbiologia jawetz 25 edicion melnick adelberg

Manifestaciones Clínicas TBC

Signos y síntomas De La TBC 


Si bien la mayoría de los casos de la tuberculosis se producen en el pulmón (tuberculosis pulmonar), hay casos en los que la tuberculosis se produce en otros órganos (tuberculosis extrapulmonar)



Tuberculosis pulmonar
Es la más frecuente y la más contagiosa de las formas de tuberculosis, representa alrededor del 
80 al 85% del total de los casos.
Se presenta con signos respiratorios como tos seca o productiva, expectoración con o sin hemoptisis, dolor torácico y síntomas generales: anorexia, astenia, adinamia, sudoración nocturna, 
pérdida de peso y a veces fiebre prolongada.
El examen del aparato respiratorio de los pacientes con tuberculosis suele ser normal, a pesar 
de lo extensa que pueda ser la afección a nivel radiológico




Tuberculosis extrapulmonar
Entre el 15 al 20% de todos los casos de tuberculosis, afectará a otros órganos fuera del pulmón. 
Las formas más frecuentes de tuberculosis extrapulmonar son la pleural y la ganglionar, seguidas por la genitourinaria. Los síntomas de la tuberculosis extrapulmonar, dependerán del 
órgano afectado.
3. ¿Cuándo sospechar tuberculosis?
La tos y el catarro persistentes por más de 15 días son los signos de mayor valor para sospechar tuberculosis.
Otros síntomas que deben hacer pensar en tuberculosis son:
• Expectoración con sangre (hemoptisis), con o sin dolor torácico, y dificultad para respirar.
• Pérdida de peso y de apetito, fatiga, sudoración nocturna, fiebre, cansancio.
• Infección con el Virus de la Inmunodeficiencia Humana u otras enfermedades que deprimen 
la inmunidad.
Se calcula que alrededor del 10% de los pacientes que consultan a servicios de salud, lo hacen 
por síntomas respiratorios.

Bibliografia 
- Argente Alvares semiología medica

TUBERCULOSIS FACTORES DE RIESGO

Factores De Riesgo


En algunas personas se desarrolla la enfermedad de tuberculosis poco después de que se infectan (en las semanas siguientes), antes de que su sistema inmunitario pueda combatir las bacterias de la tuberculosis. Otras personas puede que se enfermen años después, cuando su sistema inmunitario se debilita por alguna otra causa.
En general, entre el 5 y el 10% de las personas infectadas que no reciben tratamiento para la infección de tuberculosis latente se les presentará la enfermedad en algún momento de su vida. Para las personas con sistemas inmunitarios debilitados, especialmente las que tienen la infección por el VIH, el riesgo de enfermarse de tuberculosis es mucho mayor que para las personas con sistemas inmunitarios normales.
Generalmente, las personas con alto riesgo de enfermar de tuberculosis pertenecen a estas dos categorías:
  • Personas que han sido infectadas recientemente por las bacterias de la tuberculosis
  • Persons with medical conditions that weaken the immune system


Personas que han sido infectadas recientemente por las bacterias de la tuberculosis


Esto puede ser:
  • Contacto cercano con una persona que tiene tuberculosis en etapa infecciosa
  • Personas que han inmigrado a EE. UU. desde regiones del mundo con altas tasas de tuberculosis
  • Niños menores de 5 años de edad que han tenido un resultado positivo a la prueba de la tuberculosis
  • Grupos con altas tasas de transmisión de tuberculosis como personas sin hogar, usuarios de drogas inyectables y personas con la infección por VIH
  • Personas que trabajan o residen con otras personas que tienen un riesgo alto de tuberculosis en establecimientos o instituciones como hospitales, albergues para desamparados, centros correccionales, asilos de ancianos y residencias para pacientes con VIH

Personas con afecciones que debilitan su sistema inmunitario


Los bebés y los niños pequeños a menudo tienen sistemas inmunitarios débiles. Hay otras personas que también pueden tener sistemas inmunitarios débiles, especialmente aquellas con las siguientes afecciones:
  • Infección por el VIH (el virus que causa el sida)
  • Abuso de sustancias nocivas
  • Silicosis
  • Diabetes
  • Enfermedad renal grave
  • Bajo peso corporal
  • Trasplante de órganos
  • Cáncer de cabeza y cuello
  • Tratamientos médicos como corticoesteroides o trasplante de órganos
  • Tratamientos especializados para la artritis reumatoide o la enfermedad de Crohn

Historia De La Tuberculosis En Colombia



La Historiografía De La Tuberculosis En Colombia




1 Hemos recogido lo que se ha hecho hasta ahora en historia de la
tuberculosis en Colombia mediante dos métodos: Primero, por la
consulta exhaustiva de los catálogos de bibliotecas y las bases de
datos disponibles. Segundo, formulando la pregunta sobre la existencia
de trabajos publicados a la mayoría de los investigadores que actualmente se interesan en este problema. De todas maneras, es posible que el inventario así obtenido no se a un resultado exhaustivo, pero es muy representativo, pues contiene los trabajos de mayor visibilidad así como las tesis y monografías universitarias. Por otra parte, no todos los trabajos citados tratan directamente el problema de la historia de la tuberculosis en Colombia. Por ejemplo, el primer estudio que pone en relación condiciones de vida, problemas sociales y presencia de la tuberculosis es el del médico salubrista y doctor en historia, Álvaro Cardona Saldarriaga (1984), aunque la tuberculosis es solo uno entre los diversos problemas de salud de la Colombia de la primera mitad del siglo XX que estudia.

El médico y especialista en infectología, Sigifredo Ospina, publicó en 2001 un artículo relacionado con la historia general de la tuberculosis en donde enumera los hitos de la historia natural de la enfermedad, los de la historia del conocimiento médico de ella y algunos acontecimientos legislativos de la lucha antituberculosa en Colombia (OSPINA, 2001). Lo importante de este artículo es el balance crítico que hace del panorama epidemiológico de la tuberculosis en Colombia a finales del siglo XX.
En un artículo de 2001, del médico y epidemiólogo Álvaro Javier Idrovo, hay preguntas históricas sobre la presencia de la tuberculosis en Bogotá a finales del siglo XIX y comienzos del siglo
XX. Es importante este aporte porque, basado en fuentes histó-
ricas, el autor interroga la existencia de una epidemia de tuberculosis en la ciudad capital durante la transición del siglo XIX al siglo XX (IDROVO, 2001). En otro artículo de 2004, este mismo
investigador indaga sobre el comportamiento epidemiológico de la tuberculosis desde tiempos prehispánicos hasta el siglo XX en territorio colombiano. En el artículo hay afirmaciones contundentes sobre la existencia de una epidemia de tuberculosis en Bogotá a comienzos del siglo XX, así como sobre la de una endemia nacional en el mismo periodo, pero el autor no aportó el material probatorio para sustentarlas. Él mismo afirma que: “Conocer con exactitud cuál fue la ocurrencia de TBC en Bogotá entre 1870 y 1920 no es una terea fácil, debido a la ausencia de unas adecuadas estadísticas” (IDROVO, 2004, p. 217). Y confiesa que él mismo conoce una única fuente, los archivos del Hospital san Juan de Dios (IDROVO, 2004, p. 217). Los aportes de estos dos artículos de Idrovo tienen que ver más con la epidemiología que con la historia de la enfermedad en Colombia.

Un artículo de Magnolia Arango Loboguerrero de 2003 señala algunos hitos mundiales de la historia de la tuberculosis infantil. En este trabajo, como en los ya citados de Idrovo y de Ospina, los datos históricos son instrumentalizados para argumentar a favor de la investigación epidemiológica de la tuberculosis. De los artículos hasta aquí evocados hay que destacar que enriquecen una cultura general sobre la tuberculosis, pero casi no aportan nuevos conocimientos a la historia social y cultural de la tuberculosis en Colombia (LOBOGUERRERO, 2003). Las pocas investigaciones hechas desde el campo de la historia se circunscriben a ciertas ciudades como Bogotá y Medellín o a determinadas instituciones durante periodos precisos. Pero es en ellas donde ha sido planteada la historia de la tuberculosis en Colombia en su complejidad, es decir como un problema cuyo aspecto biomédico es solo una de las facetas. En la historiografía especializada, estos trabajos universitarios que podemos llamar propiamente históricos se distinguen porque responden a preguntas planteadas por la historia como campo de investigación2: ¿Cuál ha sido la respuesta oficial e institucional frente a la tuberculosis como problema social y enfermedad colectiva? ¿Qué relaciones han podido existir entre flujos migratorios, industrialización, urbanización y tuberculosis? ¿Cómo se ha percibido y cómo se ha representado la tuberculosis en la sociedad colombiana en cada periodo de su historia? Entre los trabajos propiamente históricos se destaca la tesis de maestría en historia de la médica neumóloga Magnolia Arango (2007), porque estudia en detalle las estrategias de control y las representaciones que la tuberculosis suscitó en la sociedad bogotana del cambio del siglo XIX al XX.
Mariela Vélez Alzate (2001) y María Bernarda Ocampo (2005) hicieron sendas monografías para obtener el título de historiadoras y ambas trabajaron sobre el primer sanatorio de tuberculosis creado en Colombia, el Hospital La María, proyectado desde 1920 por el Concejo municipal de Medellín3 e inaugurado en 1923. Mientras que Vélez se limita a presentar una relación descriptiva de algunos aspectos institucionales, Ocampo inscribe la creación del nuevo Hospital en los proyectos higienistas y de medicalización urbana del Medellín de comienzos del siglo XX. En otra monografía de historia, sobre “las enfermedades sociales en los obreros de Medellín, 1900-1930” (2007), Jana Catalina Congote dedica un capítulo a la tuberculosis, pero se limita a una lectura descriptiva de la tesis de medicina de Jesús María Duque (1889). Andrés Renet Arango, en su monografía de historia (2010), ha presentado resultados de investigación sobre la historia de la lucha antituberculosa en Medellín a comienzos del siglo XX. La principal fue la de coordinar y propiciar la construcción de un sanatorio de montaña para originalidad de este trabajo radica en su punto de partida constituido por preguntas nunca antes formuladas por la historiografía.



Se interroga por las relaciones entre las estrategias sanitarias, la
estadística de la enfermedad y el funcionamiento del primer sanatorio creado en el país. Junto con la tesis de maestría en historia deMagnolia Arango constituyen los dos únicos trabajos que asumen el problema de la historia de la tuberculosis en Colombia en su complejidad, es decir como problema a la vez social, institucional, político, biomédico, económico y cultural. Una característica común a la tesis de maestría y a las cuatro monografías de historia citadas –lo que constituye su novedad– es la interrogación, desde varios puntos de vista, sobre la estrategia sanitaria englobada en la historia de Colombia bajo el nombre de “lucha antituberculosa”. También desde el punto de vista de la historia de las instituciones, hay que señalar el artículo de Mario Hernández y Héctor Maldonado (2004) que describe la creación del pabellón para tuberculosos en el Hospital San Carlos de Bogotá. Resume la existencia de ese hospital como sanatorio antituberculoso: orígenes, aspectos arquitectónicos, conceptos científico-médicos de un sanatorio en la “era preantibiótica”, cambios debidos a la introducción de la quimioterapia antibiótica y a sus efectos en la desaparición de la cura sanatorial en Bogotá. Lo más valioso de este artículo es su descripción de la evolución de las terapéuticas antituberculosas en el caso de una región colombiana.

Finamente, en cuanto a la historia natural de la enfermedad
ha habido valiosos aportes de investigadores colombianos: Álvaro
Javier Idrovo (1997); Hugo Sotomayor, Javier Burgos y Magnolia
Arango (2004); Abel Martínez Martín, Bernardo Meléndez Álvarez
y Leidy Gamboa Gamboa (2006); José Rodríguez Cuenca (2006). En
estos trabajos de paleopatología se presentan evidencias sobre la
presencia de la tuberculosis en el mundo precolombino, en diversas
localidades geográficas del actual territorio colombiano.
De este balance historiográfico se desprenden muchas más
preguntas que resultados de investigación. Las características de
esta historiografía son el escaso número de trabajos, la dispersión,
el carácter fragmentario, monográfico, descriptivo y poco analítico.
A partir de este recorrido es evidente que ha habido desatención
por parte de los historiadores frente a la historia de la tuberculosis
en Colombia. Esta situación plantea varios interrogantes:
¿será que se ha considerado la tuberculosis como un problema
histórico menor? ¿En algo habrá incidido el obstáculo de la gran
cantidad y dispersión de fuentes impresas y de archivo? ¿O quizás
la prevalencia de esta enfermedad en Colombia, durante los siglos
XIX y XX, ha sido difícil de medir, y las mediciones que hay la muestran
como un mal menor, si se lo compara con el paludismo, las
enfermedades gastrointestinales y el hambre? ¿Se puede ligar esta
ausencia a una situación general de precariedad en la historia de la
enfermedad y la salud en Colombia?
Es difícil responder inmediatamente estas preguntas, pero
se puede avanzar por ahora que quizás en este olvido también
influya que algunos historiadores se detengan ante el prejuicio según
el cual los problemas de la historia de las enfermedades deben
ser estudiados por médicos, y que por lo tanto habría que seguir
esperando algún pronunciamiento por parte de ellos.
Los estudios realizados para Europa (GRMEK, 1999), Estados
Unidos (TELLER, 1988), Francia (GUILLAUME, 1986; 1988), Inglaterra
(BRYDER, 1988), España (MOLERO MESA, 1987; RODRÍGUEZ
OCAÑA, 1992), Argentina (CARBONETTI, 1988; ARMUS, 2007) y
Brasil (NASCIMENTO, 2008; PORTO, 2008; SILVEIRO; NASCIMENTO,
2004) por mencionar sólo algunos de los más agudos , muestran
que la tuberculosis, como hecho social y cultural, es decir
como enfermedad dominante de cierto periodo de la historia de
la humanidad, es resultado de una confluencia de acontecimientos
de muy diversa índole que acaecieron entre finales del siglo XVIII
y la Segunda Guerra mundial. Ese periodo coincide con inmensos
avances en el campo del saber médico en general y en el del conocimiento
de la tuberculosis en particular: la perfecta objetivación
anatomo-clínica lograda desde finales del siglo XVIII por autores
como Desault, Dupré de Lisle o Rozière; la “auscultación media

ta” de Laennec (1819) y su unificación de las múltiples manifestaciones
de la enfermedad; la inoculación infecciosa en animales,
lograda por J. A. Villemin, en 1865; el aislamiento del bacilo por
Robert Koch, en 1882; las posibilidades diagnósticas de comienzos
del siglo XX, tales como la aplicación de los rayos X descubiertos
por Karl Rötngen en 1895 y la cuti-reacción descubierta por Von
Pirquet en 1907, y el descubrimiento de los antibióticos (1940) y la
aplicación de la estreptomicina desde 1944.4
Por otro lado, los estudios citados dejan claro que se trata
de un verdadero “mal del siglo”, no en el sentido literario, sino en
el sentido de la ubicación patocenótica5 de la tuberculosis como
endemia ligada a cambios drásticos en las condiciones de vida de
las poblaciones debidos a su vez a procesos acelerados de urbanización
e industrialización.
La calidad y la profundidad de los estudios hechos para otros
casos ponen aun más en evidencia la ausencia de investigaciones
sobre el caso de Colombia, donde el problema no se ha estudiado
todavía para el ámbito nacional. Según los pocos estudios parciales
existentes y según las fuentes de archivo, es evidente que una estrategia
oficial denominada “lucha antituberculosa” (1916-1935) y
dominantes las enfermedades a la otra denominada “campaña nacional contra la tuberculosis” (1935-
1959) tuvieron cierto despliegue y alguna incidencia en el conocimiento
de la endemia en el país, y jugaron quizás algún papel en su
retroceso. Sin embargo, la situación historiográfica colombiana es
tan precaria en este campo que es necesario comenzar por preguntar
si la tuberculosis ha existido realmente como endemia y como
epidemia en Colombia. Para esbozar una respuesta a esta pregunta
habría que comenzar por un examen crítico de las huellas que esta
enfermedad ha dejado en nuestra memoria colectiva y en nuestros
archivos.
Un primer examen nos muestra evidencias de que, históricamente,
la tuberculosis ha sido realmente un problema sanitario
para la sociedad colombiana. En los discursos médicos del siglo
XIX y de la primera mitad del siglo XX esta enfermedad aparece
casi siempre como un problema muy acucioso y amenazante para
la sociedad, al mismo tiempo que largamente descuidado por parte
de las autoridades políticas.
Es innegable que este problema histórico hay que estudiarlo
en todas sus dimensiones: simbólica, social, política y biomédica.
Varios historiadores (QUEVEDO, 1993; OBREGÓN, 2002) han mostrado
que, en historia de las enfermedades, al enfocarse sólo en la
dimensión biomédica, el investigador se acerca a uno solo de los
aspectos del problema, aunque no al menos importante. Inversamente,
al olvidar los aspectos cambiantes de la dimensión biomédica,
el historiador pierde la oportunidad de estudiar los grandes
problemas de la historia de las enfermedades, los que afectan el
curso de las civilizaciones (GRMEK, 1969). Entre esos problemas
están los que han influido particularmente en el devenir de nuestra
relación con la tuberculosis. Un ejemplo notable es el de la prolongada impotencia terapéutica contra ella: casi ochenta años (entre 1865 y 1945) de lucha denodada contra la enfermedad (estrategias higienistas, sanatoriales y quirúrgicas) y casi nada en recursos terapéuticos eficaces.